Laura Giagnacovo Nª 636 | 08:00 a 14:00 hs
Dirección:
Alem N°863
Categoria:
Edificios Historicos

Ayer

     Esto nos relata generosamente Eliana Ugarteche: “Mi abuelo fue Ubaldo Fructos Ugarteche, hermano de Isidoro, ambos nombres visigodos, puesto que sus antepasados eran oriundos de Guipúzcoa, capital del país vasco.

     Ubaldo fue Juez de Paz en San Miguel del Monte desde 1907. Él se casó por esos años con Santos Alegre y tuvieron tres hijos, Ubaldo Fructos, también escribano, Mario Alfredo, mi papá, y Zaida, quien falleciera de tuberculosis, a los veintitrés años, después de una estadía en Córdoba que no proporcionó la tan esperada mejoría. En la primera foto se observa a Ubaldo Fructos Ugarteche. En la segunda a don Ubaldo con su señora Santos Alegre. Y en la última se ven los tres hijos de este matrimonio, ya mencionados.

   Santos vivía con toda su familia en la casona que todos conocimos como Club Náutico, y que existe solo en el recuerdo y en un cuadro retratada. Esa antigua casa con ventanas a la calle y fachada blanca con pilastras y molduras, abría sus dos grandes puertas a un amplio zaguán, que conducía a un paraíso de sombra con la vista al fondo de la laguna.

   Cuando ya la familia había emigrado a otra casa, en la década de los 60, aquí se realizaban kermeses y bailes sobre sus pisos de pinotea, gastados por el uso y muchas generaciones disfrutaron del sosiego que ofrecían las tardes del Náutico. Esos eventos tenían como finalidad recaudar fondos para el mantenimiento del club.

Luego...

   La familia Ugarteche Alegre residió por décadas en una casa arrendada a la familia Montero, ubicada en la calle Alem N°863, entre Blandengues y Zenón Videla Dorna, como lo atestigua el aviso publicitado del diario La Voz de Monte, proporcionado por la señora Mirta Girado de Peiteado:”

     Este es el bien de valor patrimonial que aquí nos convoca. Continúa su relato Eliana: “La recuerdo como la típica casa de tres patios, en forma de L. Casa grande de piezas corridas que daban a una larga galería con cenefa y columnas de hierro. Al frente, a la izquierda, un amplio comedor miraba a la calle Alem y, separado de este, un hall de entrada con puerta cancel y el escritorio de mi abuelo Ubaldo, con ventana hacia la misma calle, a la derecha. Allí transcurrieron muchas horas juntos mi abuelo con sus hijos Ubaldo y Mario. Su teléfono, el número 42. En el primer patio existió un molino y en el segundo un hermoso parral daba sombra al aljibe. En la foto se observa al señor Ugarteche en el patio del molino, con su impecable atuendo y una raqueta de tenis.

     Ambos patios estaban separados por rejas y puerta del mismo material sobre una base de ladrillos. Se accedía así al tercer patio de tierra, al infaltable gallinero y hacia el fondo un galpón y la salida a Zenón Videla Dorna. Ese portón daba justamente a la fachada de la casa de sepelios Sansone y Manzino, donde se guardaba la enorme carroza negra, como puede comprobarse con la altura del portal que aún existe. Salía con sus también negros y relucientes caballos a cumplir con su misión rumbo al cementerio municipal, (que por aquellos años estaba alejado de las viviendas que poblaban Monte) después de su paso por la iglesia. Me refiero a la actual propiedad del Señor Siri, conocido por la venta de muebles usados y antigüedades.

     Esta casona fue habitada por la segunda esposa de Ubaldo, Celia “Chela” Boye, viuda desde 1955, por varias décadas.”

Hoy:

En la actualidad el solar y la casa han reducido considerablemente sus dimensiones por el devenir de las historias familiares. Su sencilla fachada con pilastras y cornisa con balaustradas, alterna ventanas de madera originales con elaboradas rejas en hierro, y la puerta de acceso, que conserva su llamador de metal y se halla protegida por una marquesina de colocación más reciente. Los interiores conservan en perfecto estado los pisos calcáreos y de pinotea, así como los cielorrasos de madera. En su bonito zaguán se lucen las iniciales de su antiguo dueño, a quien recordamos con el nombre de este bien de valor patrimonial, Carlos Montero, impresas en el biselado vidrio de la puerta cancel.

   Esta es otra de las viviendas individuales en las que se verifica el modo de habitación predominante en las ciudades bonaerenses en el período que va desde 1850 hasta 1930. Uno de esos tipos es la denominada Casa Chorizo, que cuenta con un volumen sobre la línea municipal y también hacia el fondo, al menos parcialmente, por la presencia de la cocina como remate del esquema circulatorio de la galería. El ingreso a la vivienda se realiza por un zaguán.  

   En cuanto a su papel en la morfología urbana, este tipo conforma el paisaje quizás más típico de nuestras localidades, ya que los frentes se alineaban sin solución de continuidad a lo largo de la línea municipal, marcando enfáticamente el límite entre el dominio público y privado, conformando una suerte de fachada telón.

    En noviembre de 2021 se firmó el convenio de Preservación que declara a la Casa Montero como Bien de Valor Patrimonial, según la ordenanza N 4362/20 y el decreto N 2291/21.

Para Pensar

Cada uno de los habitantes que se cobija en estas construcciones antiguas las viven de un modo diferente y de acuerdo a sus necesidades. Las cuidan y las respetan, porque nada es “viejo” si uno lo asume desde nuevas actitudes.

Fuente:

  • Alfredo L. Conti. Tipologías de viviendas en las ciudades bonaerenses.
  • Eliana Ugarteche.
  • José Priore. Cuadro de la casa del Club Náutico.
  • Mirta Girado de Peiteado.
  • Ana María Cassaloni.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *