Enfrente a la Plaza Alsina, allá por el siglo XIX con molino y alambrados, yen la manzana delimitada por las actuales calles Giagnacovo, Petracchi, Sardén e Yrigoyen, se encontraba el primer edificio donde funcionaron las dependencias del gobierno local.
El solar fue donado por P. N. Rojas. El 3 de octubre de 1869 se llama a licitación para la construcción. De acuerdo al plano aprobado por el gobierno y con la venta de terrenos del pueblo se reúne dinero para comenzar el trabajo. De este modo, y a partir del 22 de agosto de 1870, las autoridades del pueblo tuvieron su sede propia. Con anterioridad, el Juzgado de Paz se localizaba en un predio lindero al desaparecido Fuerte, sobre terrenos que en la actualidad ocupa la Escuela N°16.
Quedaban atrás los comandantes de los fuertes, los alcaldes de hermandad y los jueces de paz como los máximos representantes de los pueblos. Así surgía la primera corporación comunal (como se la denominó) compuesta por 7 miembros: presidente, secretario, tesorero, un policía y tres asistentes; así mismo los alcaldes de los distintos cuarteles pasaron a depender de la comuna recién formada.
En 1907 se adquiere el solar contiguo al recién construido edificio, de propiedad de Antonio Viñas, que se extendía hasta la calle Petracchi. Al mes siguiente se amplía la propiedad con la compra del resto de la manzana con terrenos que el mismo Viñas poseía sobre la calle Sardén.
De arquitectura colonial, solo se recuerda por las antiguas fotos en las que está retratada. No contaba con jardines frontales y si con un gran veredón donde se desempeñaban los actos, las concentraciones y paseos de los vecinos. Ocupaba solo parte de la manzana, poseía pocas oficinas, un pequeño depósito y el despacho del intendente que daba al frente, sobre su ala izquierda. Un patio angosto conducía a los restantes sectores. En la parte trasera se ubicaba el viejo corralón municipal donde un alto molino (que anteriormente se encontraba en la plaza vecina) proporcionaba el agua tanto para la municipalidad como para la comisaría que se hallaba en su ala derecha. Hacia el frente daba el amplio salón de fiestas, con el piano, la mesa dorada, los dos espejos, las lámparas de níquel Rochester, los cuadros de Alsina, Mitre y Sarmiento, los tres sofás, el toilette, las gastadas cortinas y la raída alfombra. Allí, cuando un grupo de vecinos lo solicitaba, se realizaban bailes que comenzaban a las 20:30 horas y concluían irremediablemente a medianoche; cuando la velada no era oficial la orquesta era reemplazada por discos. Detrás de este salón funcionó luego el Concejo Deliberante, y sobre Petracchi, más allá de la comisaría, las precarias y mínimas instalaciones de una sala de primeros auxilios.
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