¿Sería ésta la casa del señor Montenegro en 1829? ¿Se habrá demolido la original y construido una nueva? Quien, en el siglo XXI, puede responder estas preguntas.
Más allá de las certezas, la sola observación del diseño de la vivienda, la simple alineación de habitaciones flanqueadas por una galería interior, el generoso espesor de sus paredes asentadas en barro y de las dimensiones de los ambientes, los detalles de anclaje y trancas de seguridad de hierro forjadas a mano de sus aberturas de madera originales, que ya se conservan en muy pocas construcciones, los postigos interiores, las rejas de las aberturas hacia la calle, los pisos de listones de pinotea sobre cámaras de aire con ventilaciones mediante bonitas y decoradas rejillas hacia el exterior, los coloridos pisos calcáreos, el curioso par de aljibes de su patio interior, uno aún funcionando, hacen suponer que estamos en presencia de una construcción que podría estar rondando, o aún haber superado los 200 años de antigüedad.
El prestigioso arquitecto Carlos Moreno, (Docente, investigador, autor de numerosos textos referidos al patrimonio cultural y arquitectónico, magistral dibujante, asesor en temas patrimoniales, conferencista, miembro del Comité Argentino de ICOMOS y vocal de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos), mediante la observación de varias fotos de esta casa ha comentado “Es difícil datar una construcción sin poder hacer una lectura integral de la misma. Pero la tipología corresponde a la última parte del siglo XIX (1859-1880), la alcayata de factura artesanal puede ser una expresión de las dificultades de conseguir bisagras de 1850 en adelante, los vidrios son de tamaño mediano lo que confirma la data. Son muy importantes las medidas de los ladrillos y la estructura de los techos, la medida de las tablas de los pisos, la ventilación parece de fin de siglo, las trabas de las puertas son comunes para una época de inseguridad.” Por este medio, agradecemos enormemente su muy autorizada opinión.
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