Leyenda del Güecubú

Leyenda del Güecubú

Leyenda de la Guardia del Monte (Romance en rojo escarlata)
Con los rostros colorados
aullando en feroz jauría
sobre el Fortín fatigado
por tantos soles quemantes
en ése ardiente verano
que abrasaba en cruel lujuria
de los soldados, los ánimos.
Sabe el bárbaro que tiene
en la laguna un aliado:
es el rojo Güecubú
del demonio, digno enviado
sobre las aguas gobierna
y en su perverso reinado
ha acordado con la Muerte
pacto ladino y taimado.
Pero sabe el miliciano
de los trajes colorados
que hay un ángel muy valiente
entre los talas, velando…
es el Arcángel Miguel,
quién el Creador ha mandado
para echar al Güecubú
para siempre de estos lados.
El amanecer encuentra
dentro del Fuerte, tirados…
en rojo baño de sangre
los cuerpos de los soldados.
Y la Estrella de Belén
con San Miguel de la mano,
escribieron la Leyenda
que representa a estos pagos:
“Los soldados que salieron
por el desierto, buscando
al salvaje, no se sabe
qué destinos encontraron…
En el lugar sólo había
un gran poncho colorado
y al levantarlo sangrientas
margaritas… estallaron.

 

Cristina Vazconcelo de Moscoloni

Esta es la leyenda sintetizada en poesía (o reelaborada) de lo que aconteció por los pagos de la Guardia del Monte, allá por 1.778, cuando se supone que un malón venido misteriosamente, hizo una masacre con los soldados que quedaron en el fuerte, la Navidad se tiñó de rojo con la sangre de este ejército. Recordemos que la actual ciudad de San Miguel del Monte fue, en aquellos tiempos, el final de la línea de fortines. Por esa razón la mayoría de los soldados bajo el mando del Alférez Santos Molina, habían salido tras las huellas de los salvajes. Dicen que una luz muy poderosa se alzaba sobre una isla, en medio de un montecito de talas: era San Miguel Arcángel que arrojó al Güecubú (demonio de la laguna) para siempre de los pagos del Monte. La autora declara que tomó algunas libertades literarias.

Ilustraciones Profesor Javier Ulke.