En esa muy interesante y prometedora reunión, las arqueólogas comentan que han obtenido el permiso para trabajar en momentos históricos, que se añade a los prehispánicos, otorgado por el Instituto Cultural y el Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico perteneciente a la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

     Se conversa sobre las investigaciones realizadas en el patio de la Escuela N°16 y sobre diferentes sitios de interés arqueológico ubicados en el partido de Monte. Se analizan mapas históricos de la ciudad, entre los que se cuenta con el primero de ellos levantado en 1822 y el segundo, de 1829. Ambos marcan el sitio exacto donde se ubicó la Guardia del Monte, parte de la línea de frontera contra el indio y germen de la población.

     Por intermedio de la Comisión, las arqueólogas se reúnen con Martín Iribarne, profundo entusiasta de temas históricos, quien las recibe con excelente predisposición y les comenta sobre sus actividades como dectetorista de diferentes sitios fundamentales para los inicios montenses.

     Ya en marzo de 2025, nuevamente en Monte, las tres arqueólogas, esta vez, acompañadas por la estudiante Catalina Sfeir, y decididas a comenzar una nueva etapa de sus incursiones en esta ciudad, tienen reuniones con la señora Martha Güerzoni (ex directora de Cultura), Raquel Helmsauer (actual directora de Cultura) y Martín Iribarne nuevamente, quien esta vez, muestra gentilmente los objetos arqueológicos que ha obtenido de los sitios que ha explorado de manera amateur. Visitan luego el Museo Guardia del Monte y el Rancho de Rosas.

     En zona, ponen manos a la obra mediante un pozo de sondeo para evaluar el potencial arqueológico del sitio antes de iniciar una excavación a escala mayor, obteniendo información rápida sin afectar la integridad del sitio. El solar elegido es el que se ubica detrás del Rancho de Rosas, con salida a las calles Belgrano y Alem, previa conformidad de su propietaria. Este terreno, el único sin construcciones, forma parte de la manzana donde se asentara la Guardia del Monte, manzana comprendida entre las calles Alem, Soler, Belgrano y avenida Costanera, tal como figura en los primeros mapas. Ya en acción son visitadas por Iribarne, quien les indica el lugar donde él ya ha incursionado con sus excavaciones, y por Leandro Loustaunau, quien participara aun siendo alumno, en las excavaciones del patio de la Escuela N°16 y les cuenta entusiastamente su experiencia. Este último también aporta fotografías que ilustran aquel momento. Los trabajos colaborativos, y en especial, con la cooperación de montenses involucrados, permiten un acercamiento mayor a como fue la vida en este sitio clave para la historia de la frontera sur.